EL SABER OCUPA LUGAR...vaya si ocupa.

He tardado varios días en escribiros, voraces lectores, porque he meditado seriamente dejar este blog.....sí, amigos míos, y es que al enterarme de quiénes eran los recién llegados me he recluido en mi humilde apartamento en Manhattan, consumido por la desazón, la inestabilidad neuronal y el desequilibrio psíquico. El miedo a que ciudad melancolía desaparezca casi me ha llevado al borde de la locura.
Pero como soy, por naturaleza y por fortuna, inasequible al desaliento, aquí estoy para daros vuestra dosis de Ciudad Melancolía en forma de cápsula informativa....no os deprimáis, por favor.

Recién llegada nº 1:
LOLA RUINDADES GARCÍA
bruja, malhechora y muy mala compañía.

De edad incierta, muy corta de estatura y principios, es un ser cuya maldad no le cabe toda dentro y decide repartirla a cuantos se le pongan por delante.
Buscada en multitud de estados, países y comunidades por sumir en la locura las poblaciones en las que ha estado. Sus pócimas insanas, aplicadas en niños normales ( su debilidad ) les provocaban alteraciones genéticas y de comportamiento de difícil digestión por los padres, dejando en consecuencia a las ciudades con un futuro hipotecado por muchos años.

Y ahora el destino la ha traído a ciudad melancolía.

Bueno, el destino y el Infausto Eloy Triquiñuelas, que tras encontrársela en un congreso Sobre la Maldad en el Ser y hablarle sobre los especímenes que vivían en Ciudad Melanolía, la convenció para que experimentara con ellos. Si ya de por sí lograba resultados espeluznantes con niños normales, qué no haría con niños que rayaban la anormalidad total.

Por supuesto el interés de Eloy ocultaba razones aún más oscuras....

En el siguiente capítulo conoceréis a Doroteo Fechor, brazo ejecutor de Lola Ruindades García...realmente temible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto se pone calentito...

Miedo me dan los poderes malignos de Doña Lola Ruindades pues solo su imagen ha provocado en mi instintos deplorables.

Viendo ese puchero, no puedo pensar en otra cosa que mojetear a Ignacio Carapan y rellenar de vino a Lucía Botijo para acompañar tan gustoso plato.

Por suerte, ya no soy un niño (aunque lo parezca) y el efecto ha sido corto.

La sensación, como cuando acaba el capítulo de tu serie preferida, con ganas de más.

Anónimo dijo...

Que verguenza, un hombre de su edad lloriqueando por los rincones, para que los lectores le tengamos que suplicar:

!!!Noooo,no señor Nelson por favor no se vaya es usted chupiguay y solo vivo para leerle!!!

Que ¿que pasa? que por que le empiecen a leer Aznar y Pepe Blanco va a tirar usted la toalla.

Haga el favor de enjuagarse esas lagrimas y dejarse de inseguridades de patio de colegio.
Coja el pincel, la tableta o lo que sea y a lo que interesa;
que esta muy interesante.

Anónimo dijo...

Apreciado lector,

Como comprenderá, y a la luz de los acontecimientos, mis más ocultos temores están haciendo la fotosíntesis.

No trato pues de que la gente me lama mi ego, sino más bien de revelar las consecuencias que la gravedad de los hechos por venir suponen.

Dicho lo cual, me retiro a mi habitación a seguir consumido por mis temores.

Un saludo cordial, Sr.Guay.