LUISITA CEFALITIS. Pasion por la tele.


A Luisita Cefalitis nadie le ganaba a ver la tele. La veía a todas horas. Lo mismo un programa del corazón que el debate sobre el estado de la nación. Tanto le daba.

Una tarde de mayo le entraron unas ganas brutales de ver la tele, más ganas que nunca. Así que se puso delante del televisor dispuesta a verla a lo bestia. Se tiró 2 meses y 17 días viéndola sin descanso. Sus padres no se extrañaron ya que sabían de su pasíon por la caja tonta y como andaban liados con sus respectivos trabajos no quisieron molestarla.

Pasados los 2 meses y pico, Luisita, consideró que ya había visto bastante y con un ligero picor de ojos, se levantó del sillón. Quiso salir del comedor pero se dió cuenta de que no pasaba por la puerta. La cabeza le había crecido muchísimo. Asustada, intentó salir por la ventana, pero tampoco pudo.

No podía salir.

Se puso a pensar en cómo narices salir del comedor. Enseguida vio que tenía muchos problemas para pensar y eso se debía a la gran cantidad de información inútil que había almacenado durante esos 2 meses. Buscó en la tele algun canal de medicina que tratara temas parecidos, pero cuanto más veía la tele más se le hinchaba la cabeza. A ese paso no podría mantener el equilibrio y empezaba a parecerse peligrosamente a una chincheta.

Justo después de romper de un cabezazo la lámpara de araña que su madre tanto cariño le tenía, apagó la tele. Luisita y la estancia quedaron inundadas, la una de pavor y la otra de silencio. El silencio le permitió darse cuenta de que por lo menos su cabeza había dejado de crecer. Aquella quietud permitió a la niña ocupar el único espacio que quedaba libre en su testa, con una brillante idea.

Olvidaría todo lo inútil que había aprendido durante aquellos meses.
De manera que se puso a olvidar.

Y olvidó. Vaya si olvidó.

Olvidó durante sólo 1 mes ya que olvidar es bastante más facil que aprender. Cuando hubo acabado observó cómo su cabeza había vuelto a su tamaño normal y pudo salir del comedor.

Sus padres le dijeron que ya era hora.

Desde aquel día, cuando Luisita veía la tele lo hacía según las medidas de la puerta y si le apetecía verla mucho, lo hacía desde el porche.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hooola... aqui empiezo esta andadura bloggera, y es un placer arrancarla aqui, en el sitio de este individuo y mejor persona, querido y apreciado por esta alma inquienta y cuerpo errante.
Un nuevo personaje de Ciudad Melancolia, lugar que todos habitamos en algun momento, lugar de transito y aprendizaje, como el de nuestra amiga Luisita, que a aprendido algo muy interesante e importante... OLVIDAR... que dificil es olvidar, es curioso, cuanto más quieres hacerlo más dificil es... son muchas las lecciones que se pueden extraer de ciudad melancolia. ¿Que nos enseñara el próximo personaje?, ya tengo ganas de saberlo.
Para despedirme dejo aqui la dirección de mi blog, que todavia le queda muco por andar para llegar a los contenidos de este, pero todo se andará.
http://ferranfr.blogspot.com/
Un besazo

CAPAZO dijo...

Bien amigo, bien!!!! Por cierto ¿nunca te has preguntado porque se te ocurren estas cosas? ¿El porque de tus tontás? ¿Ese placer que sientes haciendo idioteces? Yo creo que eres el primer PsicoIdiot del mundo... puede ser no??? Eso si yo te quiero igual!

A ver con que nos sales la proxima vez, te propongo un personaje basado en mi persona, que da pa mucho... o no.

Anónimo dijo...

eres muy gracioso

Anónimo dijo...

que bien pasion por la tele asi como la tienes tu una pelicula de terror parece , con ese peinado tan ridiculonnnnnnnnnnnnnnnnnnn i ese clip medio torcido a i que ver como quidamos las cosas el sijon pequeño i su cara que parece un mostro terrorifico tengo razon o que i la tele parece una ormiga

CONTESTAME TIO!!!!!!!!!!!!!
CARLA CARANGONADAAFATSDYEEDGHS!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

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